Por: Belarminio Ramírez
En el Gobierno de Luis Abinader fluyen dos corrientes: una armónica y otra confrontadora.
Hay funcionarios que están enfocados en el trabajo sin hacer ruidos; mientras otros, están más enfocados en denunciar y acusar al PLD que en marcar desde el comienzo una diferencia en base a lo que hacen y procuran hacer.
En República Dominicana, quienes se dedican al ataque consiguen más espacios mediáticos, aunque ese ruido no se traduce en confianza ni aprobación de la gestión.
El Gobierno debe escoger una u otra ruta. Si la corriente que pretende cada día inundar los medios con ataques a la gestión anterior termina imponiéndose, entonces el gobierno que no cuente con el PLD.
El trato que de aquí a diciembre el nuevo gobierno le dispense a la gestión anterior, marcará la relación conflictiva o armónica que primará hasta el 2024.
Dañar la imagen de la gestión del PLD sólo ayuda a la gestión de Luis Abinader, si su gobierno logra hacer un gobierno con mejores resultados económicos, sociales e institucionales, y eso es muy difícil de proyectar, por no decir imposible, en las actuales circunstancias.
Es hora de que el equipo de gobierno entienda que no podrán hacer la gestión que le prometieron al pueblo dominicano, no por falta de voluntad, sino por las circunstancias en que les ha tocado gobernar. Deben aceptar que la política es el arte de lo posible.
Los teóricos, muchos tipificados de liberales, con récord, muy malo, por cierto, asesorando gobiernos, ya que sus protegidos duran un período en el poder, como mucho, están tratando de que el Gobierno de Luis Abinader le desate una guerra a la anterior gestión de gobierno de Danilo Medina y el PLD.
Los ataques al PLD hasta diciembre concitarán muchos aplausos, pero en enero la cosa cambiará. A partir de enero, el gobierno de Abinader alcanzará la gloria o el fracaso, partiendo del programa que implemente en beneficio de la población.
Los confrontadores patológicos pretenden estar en el gobierno y comportarse como si estuvieran en la oposición, figureando, cherchando, chismiando, difamando, ignorando que ahora su responsabilidad es gobernar para el bien del país, siendo mejores y haciendo más que lo que hicieron sus antecesores.
Leonel el mayor perdedor
Los aliados del PRM que se cohesionaron en el proceso como algo personal en contra de Danilo y el PLD, no serán integrados al gobierno de Luis Abinader, en parte, porque sus intereses chocan con la agenda liberal de un gobierno que muchos de sus integrantes en el fondo sienten repudio por los partidos y el liderazgo tradicional.
Y en otros casos, como es el de La Fuerza del Pueblo, porque la integración no es posible. Luis Abinader se hizo líder y el PRM reemplazó al PRD como partido dominante de la oposición, atacando más a Leonel que a Danilo.
El profesor Leonel Fernández hizo el peor de los negocios, por odio sacó al PLD del poder, y ahora, cada día cientos de sus seguidores están siendo cancelados.
Leonel y la FP dicen que ganaron, pero no es así, ellos perdieron. Llegará el momento en que el odio de los leonelistas hacia el PLD se frenará, cuando vean que esta gestión del PRM no lo tomará en cuenta para nada, mientras sus seguidores empeoran su nivel de vida.
Leonel y un grupo de colaboradores que fueron funcionarios influyentes en sus gobiernos, seguirán haciendo esfuerzos en destruir al PLD, partido que le ha dado todo, pero le pasará igual que a Hatuey Decamps en su propósito fallido de destruir al PRD.
Al final, Leon se quedará sólo, con su ego y su odio, mientras sus colaboradores volverán a su partido de origen que les dio status y mejoró sus vidas.
En ciertas medidas, el PRM le debe su triunfo a Leonel, pero ellos no lo ven así. Leonel, con la división que hizo al PLD, creó las condiciones de manera consciente para que el PRM ganara, pero ellos lo desprecian.
El profesor Leonel Fernández cargará con la responsabilidad de sacar al PLD del poder, y si la gestión del PRM no llena las expectativas, ni supera al PLD en crear condiciones de desarrollo y bienestar colectivo, entonces su culpa será mayor.
Una agenda más liberal que de inclusión social
Percibo que el Gobierno de Luis Abinader se jugará el todo por el todo apoyándose en una agenda de los sectores liberales, antipartidos, antipoliticos, independientes, pero que le ha ido muy bien en la política, sin ser políticos.
Actores que del ataque a la política y difamación de los políticos. A veces, se escudan en la sociedad civil y recurriendo al chantaje han venido consiguiendo espacios en altas cortes y decretos en ministerios y direcciones.
Serán muchos frentes
Hasta ahora, en la guerra ni en la política, le ha ido bien a quienes combaten en varios frentes a la vez.
El Gobierno de Luis Abinader tendrá que luchar en una diversidad de frentes como no le ha sucedido a ningún otro régimen en la historia dominicana:
a) un frente interno muy poderoso y con capacidad de anarquizar la Nación, motorizado por aquellos que se consideran con grandes méritos, pero que no fueron tomados en cuenta en el gobierno.
b) un frente muy poderoso nucleado en torno al liderazgo de Hipólito Mejía, quien en su agenda diaria está reafirmando vínculos de lealtad y compromisos con sus allegados. Hipólito tratará de ser candidato en el 2024.
C) un frente disperso, pero ruidoso en el clima de opinión pública, motorizado por líderes de opinión y comunicadores que se sentirán decepcionados porque el cambio por el que hicieron campaña no se producirá.
D) un frente de partidos conservadores que fueron aliados estratégicos del PRM en el proceso electoral, que romperán de manera definitiva con el Gobierno, acusándolo de asumir una agenda liberal que choca con valores religiosos y principios elementales de la nacionalidad.
F) Varios frentes alrededor de liderazgos jóvenes que son ministros del gobierno, pero que tienen como metas proyectos personales presidenciales; y que si ven que el Gobierno cae en desgracia, renunciarán de los puestos, pero ya promocionados en la gestión y ganadores de altos niveles de conocimientos en la población.
G) Un frente que es el partido opositor PLD, que salió del poder con una gestión extraordinaria de gobierno que mejoró el nivel de vida de más del 80% de la población, donde están incluidas las bases sociales de los que hoy gobiernan, y, que por tanto, no tendrá que hacer mucha oposición porque en la comparación que harán las personas de lo que tenían con lo que tienen, saldrá bien parado.
Un gobierno atrapado
La crisis económica limita la capacidad de maniobras y recursos de que por lo regular disponen los jefes de Estado para tranquilizar personas y sectores.
Si Luis Abinader pudiera aquilatar el pensamiento de Kennedy a la situación de su liderazgo, su gobierno y el Pais, sería formidable:
“Dominicano, no te preguntes que puedes hacer el Gobierno por ti. Pregúntate, qué puedes hacer tú por tu país”.
La realidad es que el horno no está para galletitas. Todo parece indicar que la armonía y la compostura social pudieran alterarse pronto.
Esperamos que el Presidente Luis Abinader y su gobierno sean lo necesariamente humildes como para concienciar al pueblo dominicano de su impotencia, en vez de desahogar su impotencia escogiendo la más mala y dañina de las opciones que seria fomentar persecución, odio, venganza y confrontación. “Ahí si es verdad que este país pudiera acabar de joderse”.
Que Dios guíe, cuide y proteja al noble pueblo dominicano.
Qué Dios provea de sabiduría al liderazgo que gobierna.
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