Es inconcebible pensar que se pudo evitar la epidemia de dengue que estamos viviendo, 169 millones es la partida presupuestaria asignada para la prevención del dengue y otras enfermedades por vectores…pero sólo se han ejecutado 7 millones y el año casi finaliza.
El tema del dengue es recurrente, este año recrudecido por crisis de la falta de agua, que ha obligado a la población a almacenarla la mayoría de las veces de forma incorrecta, pero ellos no lo saben, porque como de costumbre pusieron candado después del robo, esperaron a que llegara la temporada y no previeron.
Las explicaciones ya sobran, lo único que puede quedar es el aprendizaje, el aprendizaje de que en algún momento debemos ser proactivos y no reactivos, que los planes y presupuestos se hacen para cumplirse y que somos un Estado y no una comedia de país.