El Dios Cronos se comía sus hijos, los dominicanos no somos muy distintos, debemos ser la única nación del planeta cuyos nacionales devoran su país y sus iguales como pirañas.
Cualquier mala noticia normal en cualquier sociedad es repetida y compartida una y otra vez como papagallos, nuestra visión como sociedad y cultura es inexistente.
Nos falta sentido de nación, empatía, orgullo nacional, no sabemos, pero el síndrome de Guacanagarix pasan siglos y no desaparece.
El morbo siempre puede más, cualquier nación siempre es mejor a pesar de los miles de extranjeros que nos califican de paraíso.
Pobre isla y pobre de aquellos que como David Ortiz se atreven a llevar nuestro nombre en alto, sólo para que en las horas más oscuras hagamos circo y leña del árbol caído.
Falta conciencia.